giovedì 31 gennaio 2008

"¿Cuando estará usted en su casa? -pregunté.
Me escudriñó.
-Cuando vengas - repuso.
No se exactamente cuando pueda venir.
-Pues ven y no te preocupes.
¿Y si usted no está?
-Allí estaré -dijo, sonriendo, y se alejó.
Corrí tras él y le pregunté si podía llevar conmigo una cámara para tomar fotos suyas y de su casa.
-Eso está fuera de cuestión -dijo con el entrecejo fruncido.
¿Y una grabadora? ¿Le molestaría?
-Me temo que tampoco de eso hay posibilidad.
Me molesté un poco y empecé a agitarme. Dije que no había ningún motivo lógico para su rechazo.
Don Juan movió la cabeza en sentido negativo. - Olvídalo - dijo con fuerza - Y si todavía quieres verme, no vuelvas a mencionarlo.
Presenté una débil queja final. Dije que las fotos y las grabaciones eran indispensables para mi trabajo.
El respondió que sólo una cosa era indispensable para todo lo que hacíamos. La llamó "el espíritu"- No se puede prescindir del espíritu - dijo - Y tú no lo tienes. Preocúpate de eso y no de tus fotos."

(Las enseñanzas de Don Juan - C. Castaneda)